Puede sonar un poco retrógrado pero lo cierto es que a día de hoy, una persona atractiva es percibida de una forma más positiva que alguién que no lo sea. La persona hecha diseño.
Generalizando, ante la igualdad en el resto de aspectos que pueden definir a una persona (inteligencia, saber estar, etc…) se suele preferir a las personas atractivas para, por ejemplo, tomar decisiones importantes. De hecho me atrevería a decir que algunas serían capaces de cobrar más por un mismo trabajo si el que lo realizara no fuese agraciado en ese aspecto. Sin embargo aquí entraría en juego el carisma y no me quiero meter mucho en ello.
Este tipo de características físicas denotan, desde un punto «inconsciente», los niveles de salud y fertilidad que el resto de personas pueden percib ir. Pero no sólo eso. Un ejemplo: En los estudios que se realicen entre hombres y mujeres y se les presenten diferentes fotografías de personas del sexo contrario junto a su status social, el atractivo juega un papel importantísimo, tanto o más como el status que ocupen y el nivel económico que posean. Estos comportamientos están muy arraigados en las diferentes culturas y por tanto deberán ser tenidos en cuenta.
Fijaos hasta qué punto puede desequilibrar la balanza la estética. Mirad esta foto:
Supongo que los reconocerán. Son Kennedy y Nixon en el famosísimo primer debate televisivo que los enfrentó el 26 de Septiembre de 1960 y que tuvo una repercusión enorme a la hora de las elecciones. Fue un debate seguido por casi 70 millones de personas y, en las encuestas posteriores, un 6% de los encuestados que vieron dicho debate (casi cuatro millones y medio de personas), afirmaron que su voto, para uno o para otro, dependió del resultado del mismo.
Y es que en el resultado de dicho debate, el factor estético jugó un papel, en mi opinión, decisivo. Según se cuenta, Nixon estaba enfermo y con fiebre. Desconozco si fue él o un asesor de imagen pero la elección de la vestimenta no fue muy acertada. Se presentó con ropas de colores claros y no se maquilló. Esto hizo que de cara al público, su piel empalidecería aún más y le diese un peor aspecto que Kennedy que por contra iba con ropa de colores oscuros y maquillado. Por lo que he leído, la gente que escuchó a este último por la radio, daba como vencedor a Nixon. Entonces, ¿por qué no fue así?
Todo esto viene a cuento porque quiero dar a entender que a la hora de realizar un diseño que implique el uso de imágenes de personas, la publicidad por ejemplo, el aspecto es un elemento clave. Se han de elegir imágenes que realcen los atributos físicos, que denoten un buen status o posición social. De ello dependerá en gran medida, el éxito del diseño.
Un buen libro para entender más sobre esto: La supervivencia de los más guapos. Nancy Etcoff. Ed. Debate.
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